miércoles, 6 de julio de 2011

AUTOMEDICACION

El Peligro de la Automedicación



En estos días cuando todo se maneja por cuestiones del mercado, los medicamentos se producen masivamente, y muchos están al alcance de cualquiera.
Debido a esto, la automedicación -es decir cuando un paciente decide que tiene tal o cual enfermedad y se receta una medicina- se ha vuelto un verdadero problema para la salud común.
El peligro real de esta actitud es que todo medicamento químico tiene diversos efectos secundarios. Esto es que paralelamente al efecto terapéutico, pueden causar en el paciente molestias adicionales como somnolencia, mareos, dolor de cabeza, entre otros. En la mayoría de los casos, estas dolencias no son graves, pero en otros, el daño puede ser fatal.
El efecto secundario funciona diferente en cada persona, de ahí que sea importante que un médico que sepa detectar las debilidades y el historial clínico, sea quien indique el medicamento adecuado.
Por otra parte, otro factor que arriesga la buena salud es que el paciente no conoce la dosis conveniente para su condición, y puede que se cause grandes estragos al tomar mayor cantidad de la medicina. Mientras que si ingiere la cantidad adecuada, el medicamento hará lo suyo y curará la dolencia.
Ahora bien, la mayoría de los casos de automedicación ocurren debido a la recomendación que un amigo o familiar hace de alguna medicina que a él le resultó. Sin embargo, no necesariamente va a actuar de la misma manera en otro organismo, aunque los síntomas parezcan los mismos. De ahí el cuidado que hay que tener.
Claro que tampoco se trata de acudir al médico por un dolor de estómago o de cabeza que con acetaminofén o aspirina se alivian. Sin embargo hay que estar seguros de la reacción que tenemos ante estos medicamentos de libre venta y de una suavidad relativa.
Hay muchas medicinas que no requieren receta médica, no obstante hay diversas recomendaciones que hacen los expertos para reducir el riesgo al que nos exponemos con la automedicación.


Automedicación


La automedicación es la utilización de medicamentos por iniciativa propia sin ninguna intervención por parte del médico (ni en el diagnóstico de la enfermedad, ni en la prescripción o supervisión del tratamiento).




La automedicación responsable puede ser conveniente si se utiliza para tratar síntomas menores como por ejemplo el dolor, la fiebre, la acidez de estómago, el resfriado, etc. y durante un tiempo limitado.



De hecho existen medicamentos que no necesitan receta médica para comprarlos en la farmacia. Aun así, que un medicamento no requiera receta para su dispensación, no quiere decir que sea inocuo y no pueda resultar perjudicial en determinadas situaciones puesto que no deja de ser un medicamento.


Por este motivo, delante de cualquier duda debe consultar con el médico.



Un caso diferente seria la automedicación con medicamentos que requieren receta médica para su dispensación y que por lo tanto deben ser prescritos por un médico.



Esta práctica está desaconsejada.



Un ejemplo seria tomar antibióticos sin prescripción médica ante la sospecha de una infección. Los antibióticos no se deben tomar nunca por iniciativa propia y sin la supervisión de un médico.

La automedicación sin control médico o farmacéutico compuerta una serie de riesgos para la salud que en muchos casos son desconocidos por los ciudadanos:
• Toxicidad: efectos secundarios, reacciones adversas y en algún caso intoxicación.



• Falta de efectividad porque se utilizan en situaciones en las que no están indicados. Por ejemplo, a veces se toman antibióticos por tratar procesos víricos ante de los que no son efectivos.



• Dependencia o adicción.



• Enmascaramiento de procesos clínicos graves y por lo tanto retraso en el diagnóstico y en el tratamiento.



• Interacciones con otros medicamentos o alimentos que la persona está tomando. Puede haber una potenciación o una disminución del efecto del medicamento.



• Resistencias a los antibióticos. El uso excesivo de antibióticos puede hacer que los microorganismos desarrollen mecanismos de defensa ante de estos medicamentos de forma que dejen de ser eficaces. Consulte el documento: Uso correcto de los antibióticos.


Estos riesgos se pueden evitar siguiendo unos consejos básicos sobre la automedicación:
1. No tome ningún medicamento que deba ser prescrito por un médico, sin su previa supervisión.


2. Pida consejo al farmacéutico en caso de necesitar medicamentos que no requieren receta médica para su dispensación.


3. En caso de embarazo, lactancia materna, enfermedades crónicas o si se trata de niños, consulte siempre al médico antes de tomar ningún medicamento.


4. La automedicación debe tener una duración razonable. Si los síntomas continúan o su estado empeora consulte a su médico.


5. Informe a su médico/s de todos los medicamentos que toma o ha tomado (también hierbas medicinales, vitaminas, suplementos dietéticos, homeopatía, etc.).


6. Lea y conserve el prospecto de todos los medicamentos. Es importante saber qué se toma, porque sólo toma y como y cuando se debe tomar


7. Conserve los medicamentos en su embalaje original. Éste contiene información importante como la caducidad, el lote, si se debe guardar en nevera, etc. Además el embalaje protege el medicamento y garantiza su adecuada conservación.


8. Evite el consumo de alcohol cuando esté tomando medicamentos porque puede afectar a su capacidad de reacción por ejemplo en la conducción de vehículos o en la realización de otras actividades peligrosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

RECIBIR ACTULIZACIONES EN MI CORREO